Ignacio Escolar, leo con sorpresa tu
columna en eldiario.es, no por tu
apoyo a Tania, algo que debe formar parte del debate de ideas en una sociedad
abierta como la nuestra, sino por la enorme facilidad con la que te deslizas por
la pendiente de la retórica peyorativa y la descalificación cuando se
trata de personas que no piensan como tú. Me sorprende, porque te creía más
cercano al rigor y a la necesidad de verificar lo que se escribe.
Amigo Escolar, ¿qué es la vieja guardia?
Un grupo decrépito de ciudadanos/as o la formulación de ideas fuertemente
ancladas en la más clara definición del populismo: ofrecer soluciones falsas a problemas reales. Para que esta
reflexión tenga sentido, quiero pensar que te refieres a las ideas y no a la
edad. Y entonces, la siguiente pregunta es bien sencilla: ¿cuántas veces has
hablado con Ángel Pérez, con Gregorio Gordo, con alguna o alguno de lo que
denominas vieja guardia? ¿A qué se debe esta inquina por la opinión política de
alguien a quien no conoces? ¿Qué parte del discurso político y de su conducta
–debidamente probado y verificado- no te gusta en lo que vulgarmente llamas
vieja guardia?
Decía García Márquez que “la ética
debe acompañar siempre al periodismo, como el zumbido al moscardón”, pero
con frecuencia la ética es la menos común de las virtudes del periodista.
Quizás, si un poco de tu tiempo lo dedicaras a dialogar, a conocer, a conversar
con los otros/as, construirías un
relato de la situación de Izquierda Unida,
algo más real, más plural, más contrastable. Seguramente, lo más fácil y
placentero es hacer lo que haces –a partir de una red clientelar y próxima- y emitir un diagnóstico de IUCM con la
opinión que te proporciona una aspirina, sin necesidad de una simple
radiografía. Pero, sabes como yo, que este oficio de contar cosas, aplicando,
aunque solo sea parcialmente, la receta de Gabo, exigiría por lo menos
honestidad y respeto.
A los que cometieron tropelías y
apropiaciones indeseables e ilegítimas de dinero en Caja Madrid/Bankia, que
caiga sobre ellos todo el peso de la ley y de la crítica mediática y social.
Esto último, no hace falta ser un lince, parece que ya lo tienen. Pero,
¿dispones de algún dato que te permita extender esta acusación a las personas
que citas y acusas de “atrincherarse en la cúpula del partido…o de chapotearse
en el fango de Caja Madrid y las tarjetas
black? Si así fuera deberías hacer dos cosas: pasárselos a Alberto
Garzón para que deje de difundir con frivolidad, temeridad e irresponsabilidad
todo tipo de injurias y calumnias contra IUCM; o acercarte a un juzgado de
guardia y cortar por lo sano. De lo
contrario, la actitud más sensata, las más acorde al consejo de Gabo, la más
sabia, es abstenerte de despreciar cuanto ignoras.
Ángel Pérez lleva 15 años fuera de la cúpula de IUCM, y es verdad que ha
ocupado diversos cargos de representación institucional, si bien no empezó esta
andadura institucional con edad tan temprana como la persona a la que tú
elogias. Le quedan dos meses de concejal y no volverá a presentarse a proceso
electoral alguno. Hacer periodismo, contar las cosas con honestidad debería ir
acompañado de una elemental práctica profesional: apuntar antes de disparar.
Lisipo
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